sábado, 30 de agosto de 2008

La Regenta

" La pérdida de su padre la asustó más que la afligió al principio. No lloraba; pasaba el día temblando de frío, en una somnolencia poblada de pensamientos disparatados. Sintió un egoísmo horrible, lleno de remordimientos. Más que la muerte de su padre le dolía entonces su abandono, que la aterraba. Todo su valor desapareció; se sintió esclava de los demás. No bastaba la fuerza de sufrir en silencio, ni el refugiarse en la vida interior; necesitaba del mundo, un asilo"


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domingo, 3 de agosto de 2008

This is hardcore

You are hardcore, you make me hard. you name the drama and Ill play the part.
It seems I saw you in some teenage wet dream.
I like your get up if you know what I mean.
I want it bad. I want it now.
Oh cant you see Im ready now.
Ive seen all the pictures,
Ive studied them forever.
I wanna make a movie so lets star in it
Together.
Dont make a move til I say, action.
Oh, here comes the hardcore life.
Put your money where your mouth is tonight.
Leave your make-up on & Ill leave on the light.
Come over here babe & talk in the mic. oh yeah I hear you now.
Its gonna be one hell of a night.
You cant be a spectator. oh no.
You got to take these dreams & make them whole.
Oh this is hardcore -
There is no way back for you.
Oh this is hardcore -
This is me on top of you &
I cant believe that it took me this long. that it took me this long.

This is the eye of the storm.
Its what men in stained raincoats pay for but in here it is pure.
Yeah. this is the end of the line.
Ive seen the storyline played out so many times before.
Oh that goes in there.
Then that goes in there.
Then that goes in there.
Then that goes in there. & then its over. oh, what a hell of a show
But what I want to know:
What exactly do you do for an encore? cos this is hardcore.

miércoles, 9 de julio de 2008

Caramelos de frutilla para Foucault

Ierak pelaba papas en la cocina de su casa. El timbre sonó y ella siguió concentrada en su tarea. Fue, encendió el horno, y volvió a agarrar las papas. Entonces el timbre sonó de nuevo. Ierak levantó el tubo del teléfono y recitó un poema en francés. Fue esta tercera vez, que ella escuchó el timbre y se decidió a abrir la puerta. Encontró a Major sentado en el suelo leyendo a Derrida. Ella lo miró y volvió a cerrar la puerta. Apoyada en ésta, se miró las manos, como siempre lo hacía cuando pensaba algo importante. De nuevo la abrió y le preguntó a Major muy seriamente a quién prefería, si a Alberti o a Capusotto. Él le contestó que Sábato no puede ser considerado un escritor.
Una vez en la cocina, Ierak puso el arroz integral en una fuente, llevó a ésta al horno y empezó a cortar las papas. En tanto, Major tiró el libro en el tacho de basura, cerró la tapa y se sentó sobre él. Aburrido, le preguntó a Ierak si podía hacer mate; como ella no contestó, buscó la yerba y la metió en una cacerola. Ante la mirada de su novia, dijo que había propuesto preparar el mate por hastío pero que lo que el quería era té de violetas. Ierak le preguntó la hora y él le contestó que no acostumbraba llevar reloj, pero que podían encender la radio; si el programa de Dolina no había empezado, todavía no debían ser las doce. Ierak dijo que después de todo, eso no tenía importancia; tomó las papas que había cortado en pedazos chiquititos y las tiró a la basura. Fue hasta la heladera, sacó las zanahorias y empezó a cortarlas, casi con violencia, mucho más rápido que lo había hecho con las papas. Major se acercó a la ventana y mirando a través de ella, le preguntó cuál era su película favorita de Passolini. Ierak le comentó que había decidido no salir más con hombres; él dijo que le parecía acorde a un carácter épico como el suyo. Ierak se acercó y le dio un beso y le confesó divertida que ayer por la noche había visto el programa de Tinelli. Major volvió a mirar por la ventana. Ierak tomó las zanahorias y las tiró, tal como había hecho antes con las papas. Se acercó hasta donde él estaba y espalda contra espalda, le dijo lo sola que se sentía. Permanecieron así, inmóviles, en silencio, alrededor de un minuto seguido. Entonces, Ierak empezó a mirarse las manos y Major, sin siquiera haberla visto, le preguntó en qué estaba pensando, pero ella no le contestó. Cuando sintieron el olor a quemado, salieron de su ensimismamiento. Ierak le reprochó a Major el no haberle avisado que el arroz debía ya estar listo.
Se sentaron en el piso, con los platos delante de ellos y Major comenzó la oración. Padre Borges. Santificado, dijo Major; denostado, dijo Ierak. Silencio. Santificado, dijo Ierak; denostado, dijo Major. Silencio. Y los dos continuaron al unísono. Tu reino sea destruido, tu voluntad intentemos superar; y perdónanos por eso. Así como nosotros perdonamos a los simples mortales, ignorantes de tus escritos. Permanecieron en silencio. Ierak se miraba las manos y Major jugaba con su comida. Cuando el teléfono sonó, ella seguía en su contemplación; así que Major con desgano, se levantó y fue a atenderlo. Dijo que no, que estaba equivocado. Cuando ella preguntó quién había llamado, le dijo que era su papá que la buscaba. Cuando preguntó por qué no le había pasado, Major dijo que estaba cansado. Entiendo, respondió Ierak suspirando.
Mirando por la ventana, Major propuso ir al San Martín, a ver un ciclo de cine tailandés. La experiencia, dijo, sería más profunda todavía debido a que no iba a haber subtítulos. Ierak, viendo también por la ventana, reparó en la conveniencia de aprender pronto el japonés. Quedaron en silencio, hasta que él le preguntó que quería ser cuando fuera grande. Ierak respondió que por qué le hacía una pregunta tan estúpida e irrelevante. Después de todo, cuándo se deja de ser, cuándo una persona es un no-ser entre el ser que fue de chico y el ser que será de grande. Desde cuándo una cosa así podía decidirse.
Major se quedó mirando las manos de ella.


Buscaron una tijera y sentados en el suelo, comenzaron a cortar los apuntes de sus clases, después de haber llegado a la conclusión de que debían comprar los libros y ya no fotocopias. Cuando Ierak preguntó cómo harían para comprarlos, Major le reprochó el hacer una pregunta de corte imperialista. Permanecieron así, cortando en silencio.
¿Querés que te comprenda?, ¿querés que te use?, yo quiero que me beses, dijo Major. Ierak respondió que quería caramelos de frutilla. Él salió dispuesto a comprarlos; ella puso una película de Fellini y se sentó en el sillón. Al instante, Major volvió, con las manos vacías, y se sentó junto a ella.

jueves, 26 de junio de 2008

domingo, 15 de junio de 2008

Uncle Bill


Queda oficialmente inaugurado mi cuaderno de cut up, que me acompañará incondicionalemente.
Ya que no puedo comprarme una cámara, voy a fotografiar la ciudad con palabras.

lunes, 2 de junio de 2008

Macri y la Otredad

http://www.clarin.com/diario/2008/06/02/opinion/o-01701.htm



Evitemos (...) la discusión inútil entre asistencia y promoción, o Estado y sociedad civil" dice el jefe de gobierno en el artículo publicado en el sector Opinión el día 2 de junio, bajo el título de "La pobreza no se vence con retórica ni viejas recetas". Resulta por lo menos curioso, semejante título, teniendo en cuenta que lo único propuesto en el artículo es un artilugio retórico. "De lo que se trata es de crear más oportunidades de trabajo, educación y desarrollo (...)"; la propuesta no es más que retórica pura, ya que no está avalada por lo hechos sino todo lo contrario. Los ejemplos citados no pertenecen a la gestión del jefe de gobierno, y sería una ingenuidad atribuírlos a una muestra de afectación, sino que claramente responden a una muestra de la mas vil demagogia; la utilizada por los sectores en los cuales, justamente, la inclusión es un tópico retórico que esperan nunca logre llevarse a cabo.
En la misma línea de lectura se encuentra la definición de la pobreza como "(...) la imposibilidad de concretar un proyecto de vida",algo que va más allá de la falta de ingresos o el acceso a la salud, educación, vivienda y empleo. Demagogia pura y, por si fuera poco, una obviedad; en la cual, el Otro (nada diré del uso de la mayúscula en este contexto) amparado por la camiseta trata confiado, de creer en la utopía propuesta por el lenguaje.

sábado, 17 de mayo de 2008

Soledad

Me reflecta Pasolini; mi soledad no tan sola por la música de su poesía.


La soledad; hay que ser muy fuertes
para amar la soledad; hay que tener buenas piernas
y una resistencia fuera de lo normal: no hay que exponerse
a resfriados, gripe o dolor de garganta: no hay que temer
a atracadores ni a asesinos; si es preciso caminar
toda la tarde o, tal vez, toda la noche
es preciso saberlo hacer sin darse cuenta; no hay donde sentarse;
especialmente en invierno, con el viento que sopla sobre la hierba mojada,
y con las rocas entre la basura, húmedas y fangosas;
no hay ningún consuelo, de eso no hay duda,
además del de tener por delante todo un día y una noche
sin deberes ni límites de ningún tipo.
El sexo es un pretexto. Por más encuentros que haya
- y son muchos aún en invierno, por las calles abandonadas al viento,
entre el montón de inmundicias contra los edificios lejanos-,
no son más que momentos de soledad;
cuánto más caliente y vivo es el cuerpo gentil
que unge de semen y se va,
más frío y mortal es alrededor el deleite desierto;
es esto lo que colma de alegría, como un viento milagroso,
no la sonrisa inocente o la turbia prepotencia
de quien después se va; él se lleva tras de sí una juventud
desmesuradamente joven; y en esto es inhumano,
porque no deja huellas, o mejor, deja una sola huella
que es siempre la misma en todas las estaciones.
Un muchacho en sus primeros amores
No es otra cosa que la fecundidad del mundo.